La desinformación no existe y es una manera de distorsionar la claridad
Se enfrentan los que piden mayores esfuerzos y los que quieren seguir con la mediocridad del sistema
El aliento que supuso la cobertura informativa de los dos periódico nacionales de mayor tirada, en especial El País, hizo crecer, no el número de manifestantes, sino el número de actos de los manifestante y la violencia de los mismos.
El proceso se acentuó cuando se permitió en el claustro que todos los estudiantes (?) votasen en bloque contra la implantación del Plan Bolonia.
Se realizó un referéndum al que fueron a votar mayoritariamente los manifestantes, y ganaron. El resultado fue el voto en bloque, hecho que cubrieron algunos medios como “Moratoria al Plan Bolonia”. Este tipo de información equívoca se ha mantenido en todas las Gaceta Universitaria, Eccus, etc. que circulan gratuitamente por las universidades españolas.
La realidad no es esa y sólo es un voto para estudiar las propuestas para acercarse en lo que la ley permita, pero no hay moratorias confirmados todavía por el gobierno ni por el Ministro Ángel Gabilondo. Lo llamativo de todo el informe y de todo el proceso es que las entrevistas directas y las opiniones de los medios impresos nunca han tomado como figura destacada a un estudiantes. El estudiantes, según Oriol Pujol en un programa de TV3, hijo del ex President de la Generalitat de Cataluña Jordi Pujol, “Se ha manifestado de forma silenciosa y ya era hora que la Administración lo escuche”.
PESE A LOS ANTIBOLONIA, EL PROCESO DE APROBACIÓN DE LOS GRADOS CONTINÚA CON BUEN RITMO
La Administración y todo el proceso de Bolonia no se pude detener por las reivindicaciones de 100 manifestantes ni por las de 15.000 cuando hay cientos de miles que estudian y aceptan el proceso democrático que ha habido. Durante los 10 años de convergencia educativa europea, desde 1999 cuando se firmó, los quince países iniciales y los 25 países democráticos de Europa han acordado este gran acuerdo que no se puede someter a la voluntad particularista de un grupo minoritario.
El trabajo sigue hasta el último momento y los Grados se van formalizando: “Os invito a la presentación del Grado de Historia y Ciencias de la Música y ya podemos ser normales”, declaraba en una invitación a toda la comunidad musicología de Valladolid la Dra. y directora de del Departamento Maria Antònia Virgili Blanquet.
Otro aspecto subversivo y que altera los ánimos de los manifestantes, pues agrava la situación de una capacitación de profesor sin esfuerzo ni méritos, es el nuevo máster que substituye el antiguo C.A.P. La Universidad Complutense de Madrid llevó a cabo un manifiesto durante el último período del 2008, que cubrió el diario El Mundo, donde criticaban el nuevo máster porque “Tenía numerus clasus y notas de corte”.
La defensa de este punto es que todos tienen derecho a poder estudiar. Y es mentira, porque el derecho lo tienen los niños de secundaria a disponer de los profesores más capacitados, no los más mediocres. González Riaño, Coordinador del Grupo de Trabajo de la Memoria del Máster en Formación del Profesorado, defiende el nuevo concepto porque “hay muchos profesores que deberían dejar paso a nuevos estudiantes y profesionales que tienen mayor interés en las medidas pedagógicas y didácticas del nuevo Máster”.
El proceso no ha acabado y continúa con los ajustes durante este mes de mayo. Los medios lo cubren a golpe de titular y a la espera de que se concreten las guías. “Para septiembre estará listo siempre que lo ratifique el Ministerio”, declara González Riaño respecto a la Universidad de Oviedo.
Los Grados y los Másters podrán revisarse cada seis años pues son modelos flexibles. Este es otro aspecto favorable de la nueva reforma y que no se acaba de entender.
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REDACCIÓN LEÓN
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